Liam Payne temió por la vida de su hijo Bear de recién nacido

El nacimiento de su primer hijo con su pareja Cheryl Tweedy, que debería haber sido el día más feliz de su vida, acabó convirtiéndose en uno de los momentos más angustiosos de la vida de Liam Payne. En sus primeras horas de vida, en lugar de llorar como cualquier otro bebé, su pequeño Bear no paraba de emitir una especie de gruñido que los médicos no eran capaces de interpretar y que hizo que el cantante temiera que pudiese sufrir algún problema respiratorio.

"Creo que fue una de las asistentes del parto fue la que nos dijo que, si al nacer no lloran con fuerza, puede ser porque tienen fluido en los pulmones, lo que es bastante serio. Y él no paraba de hacer algo parecido a 'grrrr', como si gruñera mientras dormía, así que acabé llamando al especialista y había un montón de gente entrando y saliendo de la habitación para examinarle; todo eso mientras mi señora seguía dormida. Decían: 'No sé, no estoy seguro. Voy a llamar a otra persona'. Había diez médicos entrando y saliendo", ha recordado el intérprete a su paso por el programa 'The Late Late Show with James Corden'.

Finalmente, uno de los miembros del personal hospitalario le convenció de que a su recién nacido no le sucedía nada malo y que únicamente disfrutaba escuchando sus propios gorgoritos.

"Al final, alguien me dijo: 'No estoy intentando hacerme el gracioso, pero de verdad que no le pasa nada, es solo que le gusta hacer ruido'. Y desde entonces ha seguido haciéndolo".

Esa llamativa costumbre de su bebé, que quizás podría interpretarse como una señal temprana de que ha heredado la pasión de sus progenitores por la música, sumada al hecho de que es un niño de una talla considerable para su edad, fueron los dos factores que acabaron llevando a sus padres a elegir para él un nombre tan inusual.

"Al final fue así como acabó llamándose Bear [que se traduce como 'oso']. Los niños siempre acaban haciendo honor a su nombre, y te puedo decir que él es enorme", aseguró.