Estos son los tatuajes de Kendall Jenner

En la esfera virtual, parece que no puede pasar ni un solo día sin que una estrella juvenil comparta una fotografía presumiendo del último y original tatuaje que acaba de realizarse: ahí está el ejemplo de Brooklyn Beckham, que sigue los pasos de su padre a la hora de cubrirse el cuerpo de grabados en honor a sus aficiones y a su familia, o el de los chicos de One Direction, que nada más saltar a la fama convirtieron la silla del tatuador en su lugar favorito para pasar las horas muertas.

Como cualquier adolescente, hace años Kendall Jenner se dejó influir por su círculo de allegados y decidió hacerse uno, aunque en su caso su carrera como modelo le impedía decantarse por algo llamativo que pudiera suponer un problema a la hora de desfilar.

"Tengo un tatuaje en tinta blanca de un corazón en el dedo corazón, y el primero que me hice fue un punto blanco porque quería saber qué se sentía. Todos mis amigos tenían alguno, y yo quería ver cómo era. No puedes verlo, pero ese es más o menos el objetivo", ha explicado la modelo a su paso por el programa de Ellen DeGeneres.

Uno de los últimos diseños que Kendall añadió a su discreta colección allá por finales de 2016 seguía esa misma línea de diseños casi indetectables.

"Dios mío, voy a intentar mostrarlo sin estropearme el pintalabios, pero la cuestión es que estaba borracha y no podía pensar con claridad. Y se me ocurrió hacerme uno ¡literalmente en la cara!"

Ha explicado la joven a la presentadora, antes de enseñarle la onomatopeya 'meow' que tiene grabada en el interior del labio inferior.

"Fue lo primero que se me ocurrió, no sé: eso es lo que se me pasó por la cabeza estando borracha. Creo que habría sido un buen sitio para poner otra cosa... no sé, quizá el nombre de un novio o algo así"

Ha reconocido con total honestidad.

Aunque pueda parecer una parte de la anatomía algo extraña para hacerse un tatuaje, es cierto que otras celebridades como Miley Cyrus también lucen motivos gatunos en el labio y, en el caso de Kendall, resulta también una elección muy práctica al no poder apreciarse a simple vista. Además, como ella misma ha confesado, uno de los motivos para decantarse por ese lugar fue que hacía que el proceso fuera relativamente indoloro.

"No, no dolió en absoluto porque no deja de ser tejido blando. En el hueso duele mucho más; yo tengo tatuajes en el dedo, aunque casi no se puedan ver, y esos dolieron mucho más"

Ha apuntado.