Desafío XX: Omega se molestó tras la llegada de Don Jediondo; hasta les botó la ropa a la piscina

El comediante llegó a la casa a cumplir una especial misión

Omega El desafio xx // Foto: Instagram @desafiocaracol

Luego de perder en una de las pruebas, a Omega le tocó recibir un castigo particular. Aunque este al principio no parecía tan malo, terminó dejando a todos los integrantes de este equipo muy desesperados.

Esta situación quedó registrada en las cámaras del ‘Desafío XX’ durante el capítulo del pasado jueves 11 de julio. El castigo llegó en la noche, cuando los participantes se encontraban en la casa y estaban a punto de irse a dormir para poder descansar y estar listos para la prueba del siguiente día.

Te recomendamos

¿Cuál fue el castigo para Omega?

Como castigo, llegó a la casa de Omega el reconocido comediante Don Jediondo, con la misión de ‘hacerles la vida imposible’ durante esa noche y no dejarlos obtener el suficiente descanso para rendir al 100% en su siguiente prueba, que sería el Box Negro.

Aunque la entrada de Don Jediondo sonaba como un castigo fácil de llevar para los desafiantes, con el paso de las horas notaron que esto no iba a ser así y muchos terminaron enojados con su presencia en la casa.

Así fue la entrada de Don Jediondo a la casa de Omega

Cuando el comediante llegó, saludó a todos e hizo bromas sobre la falta de servicios y comida en la casa. Además, entró al lugar donde guardaban la comida, cosa que estaba prohibida para los participantes, provocando que una ruidosa alarma se encendiera.

Al principio de esta visita todo fue risas y carcajadas, pues Natalia, quien ha dejado claro que una de sus pasiones es el twerk, retó a Don Jediondo a seguirle el ritmo y aprender algunos pasos de este baile.

Te recomendamos

Sin embargo, este rato alegre no duró mucho, pues después de esta clase de twerk dirigida por Natalia, el boyacense empezó a cumplir su misión y volvió horas más tarde con un megáfono a despertar a todo el equipo.

El comediante llegó a la casa con un pollo asado, el cual exhibió y comió frente a todos los participantes, quienes tenían como castigo no poder comer. No contento con eso, Don Jediondo entró a los cuartos, les botó algunos objetos al piso y botó a la piscina varias prendas de vestir, zapatos y cobijas.

En horas de la madrugada, sorprendió al equipo al traer a una papayera para que, al ritmo de trompetas y tambores, los despertaran a todos. En este momento, aunque las caras de incomodidad y molestia de muchos de los participantes fueron evidentes, decidieron tomar con humor la situación e intentar descansar un poco más antes de la prueba del siguiente día.