Derribado Michael Jackson
La superestrella estadounidense, apretado y empujado por la multitud, pudo escapar ileso de la histeria desatada entre sus seguidores.
"Fue horrible... lo derribaron", dijo el psíquico Uri Geller quien había invitado a Jackson a un viaje para recoger fondos de caridad a Exeter, en el sudoeste de Londres.
"Honestamente pensé que no lograríamos escapar y que terminaríamos en el hospital", dijo Geller a Reuters Televisión, después de luchar para abordar el "Jackson Express". "Por un momento, pensé que se desmayaría. Pero entonces, repentinamente me miró y dijo "amo a esta gente' y agregó '¿estás bien?. El dijo 'estoy bien' y siguió saludando a sus admiradores", contó Geller.
El psíquico, quien está ayudando a recolectar dinero para organizaciones de caridad infantil y el club de fútbol Exeter de tercera división, dijo que nunca había experimentado un fervor histérico por un artista como éste.
"He estado en el medio por 35 años. Conocí a Elvis Presley, Elton John, John Lennon, todos los Beatles.Nunca he visto nada como esto y espero nunca verlo otra vez. Michael estaba destrozado", dijo.
La confusión se desató mientras Jackson y sus acompañantes arribaron a la estación londinense de Paddington para abordar el tren a Exeter, mientras una multitud de admiradores, a gritos y empujones, trataba de alcanzar al astro.
La escena en la estación fue puro caos, e hizo recordar la histeria desatada en la década de 1960 por la "Beatlemanía".
Las riñas comenzaron a desatarse y se pidió refuerzo policial en la medida en que más admiradores llenaban el andén.
La escena fue un fuerte contraste frente a la visita que realizó Jackson previamente al Parlamento en el centro de Londres.
La superestrella realizó el viernes una visita guiada al Parlamento británico, y afirmó que el palacio gótico era un "milagro" y se embelesó con el trono de oro de la reina Isabel I.
"Quiero eso", dijo la leyenda del pop a su séquito mientras admiraba el trono donde la monarca británica se sienta una vez al año para la apertura oficial del Parlamento en la ornamentada Cámara de los Lores.
"¿Pueden llevarlo al rancho?", preguntó en tono de broma uno de sus ayudantes a tres corpulentos guardaespaldas.