La verdad sobre la muerte de Amy Winehouse
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Amy Winehouse murió “por accidente” tras consumir más de cinco veces la tasa de alcohol permitida para conducir en Reino Unido. Según determina también el informe de la juez Suzanne Greenaway, tras las tres semanas de abstinencia que llevaba Winehouse al momento de morir, el 23 de julio pasado, el exceso de alcohol acabó con su vida: “Había consumido suficiente alcohol, con 416 miligramos por decilitro (de sangre) y la consecuencia no deliberada de este nivel potencialmente fatal fue su repentina e inesperada muerte”.