Aaron Carter rompe a llorar al desahogarse sobre sus problemas de salud

No corren buenos tiempos para el cantante Aaron Carter, ya que a su detención del pasado mes de julio por conducir bajo los efectos de ciertos medicamentos y por posesión de una pequeña cantidad de marihuana, se unieron posteriormente los rumores de que sufría una fuerte adicción a las drogas que, entre otras cosas, se vería reflejada en su extrema delgadez y, en último término, el fin de su relación sentimental con Madison Parker escasos días después de revelar su bisexualidad.

Aunque en todo este tiempo el hermano del también cantante Nick Carter (Backstreet Boys) se ha venido defendiendo con vehemencia del sinfín de acusaciones que le han caído encima, confesando por ejemplo que su aspecto desmejorado se debía a un trastorno alimenticio motivado por una hernia de hiato, el artista ha querido presentarse directamente ante los telespectadores estadounidenses para zanjar de una vez por todas los debates que han venido circulando sobre su estado de salud.

De hecho, en su aparición de ayer martes en el popular programa televisivo 'The Doctors', Aaron no dudó en someterse a varias pruebas médicas que certificaron que no había ni rastro de cocaína o metanfetamina en su organismo. Sin embargo, el joven de 29 años sí que admitió abiertamente en el mismo espacio que consumía calmantes con demasiada frecuencia para lidiar con los problemas de ansiedad y estrés que lleva padeciendo desde hace años, una dinámica de la que reconoció que le tenía "muy preocupado".

"Estoy muy preocupado por mi salud en general, porque la gente no para de decirme que parece que tengo el Sida, cáncer o directamente que me estoy muriendo", confesó durante la entrevista que concedió al presentador y médico Travis Stork, que solo se vio interrumpida por los momentos esporádicos en los que Aaron no podía contener las lágrimas.

Parte de la emoción que invadió al atribulado artista durante su presencia en el citado programa estaba ligada a la muerte hace cinco años de su hermana Leslie, quien sufrió una sobredosis mortal de medicamentos y cuyo trágico destino Aaron quiere evitar a toda costa.