Justin Timberlake y su presentación en el Super Bowl
El cantante siempre tuvo claro que la figura de Prince debía recibir el tributo que le correspondía en el intermedio del evento deportivo con más audiencia del mundo.
Al margen del pequeño guiño que lanzó a su polémica actuación de 2004 junto a Janet Jackson, cuyo pecho dejó al descubierto tras un supuesto 'fallo de vestuario', y de un repertorio plagado de grandes éxitos como 'Sexyback' o 'Cry Me a River', lo más destacado del espectáculo musical ofrecido ayer domingo por Justin Timberlake en el intermedio de la 52 edición de la Super Bowl fue sin duda el sentido tributo que rindió al malogrado Prince para dar un toque de épica y emotividad al final de su número.
Teniendo en cuenta que la cita deportiva por excelencia en Estados Unidos se celebraba este año en Minneapolis (ciudad natal del fallecido artista y en la que residió hasta el final de su vida) y que la actuación que ofreció Prince en el mismo evento de 2007 sigue siendo considerada la mejor de la historia, resulta comprensible que el astro del pop quisiera tener un gesto de agradecimiento con el legendario artista sobre el escenario, uno que reflejara en todo su esplendor su vasto legado artístico.
"Ha sido uno de los momentos más especiales de mi carrera, para serte completamente sincero, ya que para mí el talento de Prince siempre ha representado el culmen de la música, de la composición musical. Y cuando decidimos hacerle este homenaje, pensamos en la mezcla de nostalgia y sinergia que implicaría hacerlo en Minneapolis. Sentía que debíamos hacer algo por esta ciudad que tanto le quería y rendirle tributo a él, al que siempre he visto como el artista más completo del mundo", ha explicado Timberlake a su paso por el programa de Jimmy Fallon, solo unas horas después del final del encuentro.
La sección del espectáculo dedicada a Prince se caracterizó ante todo por la sobriedad y por el protagonismo casi absoluto que se concedió a la imagen del malogrado artista, proyectada sobre una gran tela en medio del escenario mientras sonaba una mezcla de los icónicos temas 'I Would Die 4 U' y 'Purple Rain' complementada magistralmente por Justin al piano.
"Tengo que decir que conseguimos extraer la voz real de la versión original de 'I Would Die 4 U', la que no está editada, y otra de 'Purple Rain', y por la gracia de Prince, no sé ni cómo lo conseguimos, al final las dos pistas se sincronizaron a la perfección. Fue un momento de mucha emoción y me siento afortunado de haber tenido la oportunidad de hacer algo especial para la ciudad y para mi artista favorito de todos los tiempos", ha recalcado para, a continuación, confesar que en un momento concreto de su actuación los "nervios" le jugaron una mala pasada que casi le llevan a dejar caer el micrófono al suelo.
Recordando que, años atrás, el propio Prince aseguraba que la idea de devolver a artistas fallecidos a la vida a través de hologramas le parecía algo "demoníaco", no es de extrañar que finalmente se descartara la posibilidad de que ambos protagonizaran lo que hubiera sido un extraño e incómodo dueto sobre el gigantesco escenario del Bank Stadium de Minneapolis, por cuyo césped pasaba en primer lugar la cantante Pink para la tradicional interpretación del himno de Estados Unidos previa al partido.
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