Las grandes verdades que Sharon Osbourne cuenta sobre la cirugía estética

"Sí, duele, y mucho", o "hay muchas posibilidades de que acabes pareciendo un Picasso" son algunos de los mensajes que la celebridad ha enviado a lo largo de los años a todos los interesados en 'retocarse' como ella

Facebook Sharon Osbourne(Facebook Sharon Osbourne)

Hace un par de meses Sharon Osbourne estrenó el que, según sus cálculos, es el cuarto rostro que luce en sus 66 años de vida tras aprovechar las vacaciones de verano para hacerse unos cuantos retoques. La esposa del mítico roquero Ozzy Osbourne nunca ha ocultado sus pasos por quirófano y habla con una franqueza muy poco habitual en la industria en que trabaja de las ventajas e inconvenientes de todas esas intervenciones que han conseguido que ella parezca una estatua del Madame Tussauds.

En el último episodio del programa 'Loose Women', en el que participa como tertuliana, ha explicado por ejemplo que, cuando se le empezó a pasar el efecto de la anestesia tras ese último lifting, se puso a gritar "ayudadme, ayudadme" debido al dolor insoportable que estaba experimentando, por no mencionar que tardó meses en recuperar la sensibilidad en la boca.

Además, también ha reconocido que es una "privilegiada" por contar con una "estructura ósea" que puede soportar ese tipo de operaciones sin que el resultado final sea demasiado diferente a su aspecto original, algo que no le sucede a todo el mundo, y ha advertido que la alta demanda hace que las probabilidades de acabar en manos de un "carnicero" sean muy, muy altas.

De hecho, incluso alguien con sus contactos y recursos puede llevarse algún que otro susto: en una ocasión, a alguien se le fue la mano con las infiltraciones en los labios y ella acabó con una mueca torcida que recordaba a la sonrisa de Elvis y otra vez se le quedaron dormidos durante semanas sin motivo aparente.