Lizzo desarolló adicción al maquillaje

La cantante se ha dado cuenta durante el período de aislamiento que arreglarse a diario y usar 'contouring' estaba afectando a su autoestima y distorsionado la imagen que tiene de sí misma.

Lizzo(Getty)

Uno de los beneficios indirectos de convertirse en una estrella de la música es que, de la noche a la mañana, se pone a disposición del artista en cuestión un equipo de maquilladores, estilistas y peluqueros disponible las 24 horas del día y dispuesto a acompañarle allá donde vaya para que pueda mostrar su mejor yo ante el mundo.

Sin embargo, en el caso de Lizzo, ese 'sueño' ha acabado por convertirse en un arma de doble filo.

"Creo que no ha habido un solo día de los últimos seis meses de mi vida en que no me haya maquillado. Al final nos volvemos adictos a la idea de vernos 'perfectos'", ha explicado la cantante en declaraciones a People acerca de la dinámica que marcaba su día a día antes de que el coronavirus le obligara a cancelar sus compromisos profesionales.

La intérprete supo que estaba ante un problema que podía afectar seriamente a su autoestima, esa en la que tanto ha trabajado, cuando se miró al espejo en vacaciones y fue incapaz de sostenerse la mirada.

"En febrero tuve unos pocos días libres en Brasil y no me maquillé. Recuerdo que en ese momento pensé: '¿Por qué me veo tan fea?'. Lo que pasaba es que me había vuelto adicta, estaba acostumbrada a verme después de que me hicieran el 'contouring'. Jamás pensé que me pasaría algo así precisamente a mí, que soy una chica sencilla que antes podía pasarse días y días con la cara lavada".

Por esa misma razón, Lizzo ha afrontado el período de aislamiento como una oportunidad para 'desconectar' y mostrarse ante sus fans sin artificios -ni uñas ni pestañas postizas- a través de las redes sociales: "Está siendo increíble poder ver a todas esas personas que se pasan la vida perfectamente arregladas al natural. Me parece maravilloso", ha celebrado.