‘Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menéndez’ ¿Qué es verdad y qué es ficción?
Tras la polémica que se ha creado en torno al caso, han surgido duas sobre qué parte de la narrativa es real y cuál es ficción
Netflix ha causado controversia con el estreno de ‘Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menéndez’, que revive uno de los parricidios más notorios del siglo XX. Desde su lanzamiento, el caso ha cobrado relevancia, especialmente por la situación actual de los hermanos, quienes cumplen dos cadenas perpetuas sin posibilidad de libertad condicional.
Sus abogados están trabajando en un habeas corpus que podría reabrir el caso, argumentando el abuso sexual que sufrieron por parte de sus padres. Los Menéndez fueron condenados en un segundo juicio, después de que el primero se anulara. En esa época, el juez no aceptó alegaciones sobre abusos, y la sociedad en la década de los 90 no tenía la misma sensibilidad hacia el abuso infantil que hoy. Un nuevo juicio podría permitirles presentar pruebas que cambien su situación.
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La serie, compuesta por nueve episodios, no solo explora los hechos del caso, sino que también genera un debate sobre la veracidad de ciertos eventos representados. Tras su estreno, Lyle y Erik expresaron su descontento con la narrativa, afirmando que muchos elementos fueron exagerados o inventados, ya que el equipo de producción, liderado por Ryan Murphy, no se comunicó con ellos para obtener detalles precisos.
‘Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menéndez’ ¿Qué es verdad y que no?
El crimen y la coartada de los hermanos, que incluyó un ticket de cine de una película que no vieron y la llamada al 911 durante el asesinato de sus padres, están basados en hechos reales que fueron ampliamente documentados en los juicios. Sin embargo, hay detalles que han sido dramatizados para el formato de la serie.
Un punto de interés es la representación de Lyle, quien sufrió de alopecia prematura. En una escena clave, una discusión familiar sobre su deseo de casarse revela tensiones profundas, incluyendo el abuso que él y su hermano Erik sufrieron. Durante el juicio, ambos confirmaron que la discusión y el uso de un peluquín fueron reales, y que este conflicto les llevó a compartir los secretos del abuso paterno, lo que desencadenó su decisión de actuar.
La serie también refleja problemas familiares como el abuso del alcohol por parte de Kitty, la madre de los hermanos, quien lidiaba con la infidelidad y el abuso de su esposo. Sin embargo, algunas escenas, como un intento de renovación matrimonial en un yate, no están documentadas y se consideran ficticias.
El periodista Robert Rand, quien ha cubierto el caso durante décadas, señala que José Menéndez tenía grandes expectativas para sus hijos, incluso deseando que Lyle llegara a ser presidente. La alopecia de Lyle era vista como una debilidad, lo que llevó a su padre a insistir en que usara peluquín.
La serie también aborda aspectos de la identidad sexual de Erik, pero él ha rechazado esta representación, señalando que actualmente está casado. Aunque se muestra la confesión de Erik a su terapeuta sobre los crímenes, lo cual es verídico, algunas escenas de la serie han sido dramatizadas o alteradas para mayor efecto narrativo.
Un detalle curioso es la interacción que se presenta entre Erik y O.J. Simpson en prisión; sin embargo, los hermanos ya conocían a Simpson desde antes, a través de su padre. Además, no se ha confirmado que un libro de una amiga haya arruinado el segundo juicio de los Menéndez, lo que se considera falso, pero que nutre la narrativa.